He estado pasando por
momentos que necesito mucho la ayuda de Dios.
No es que en otros momentos no lo he necesitado, si no que uno pasa por
dificultades y retos que se necesita agarrar más fuerte de la mano de
Dios. Tengo tanta esperanza porque sé
que (como me han dicho en el pasado) Dios me lleva por un proceso. Pasare por
el fuego pero va a ser Dios quien me va sostener en medio de todo. Al final, tendré
una relación más cercana con Dios. Te comparto unos versículos de este Salmo
que leí este día y lo tomo para mí. Espero tu también lo hagas, pases por lo
que pases. Al final lo explico cómo aplica a la vida.
SALMO 18 1¡Dios mío, yo te amo porque
tú me das fuerzas! 2 Tú eres para mí la roca que me da
refugio; ¡tú me cuidas y me libras! Me proteges como un escudo, y me salvas con
tu poder. ¡Tú eres mi más alto escondite! 3 Tú mereces
que te alabe porque, cuando te llamo, me libras de mis enemigos. 4 Hubo
una vez en que la muerte quiso atraparme entre sus lazos, fui arrastrado por
una corriente que todo lo destruía. 5 Me vi atrapado por
la muerte, me vi al borde de la tumba. 6 Lleno de angustia
llamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo, ¡mi oración llegó hasta sus
oídos!
13 De pronto, en el cielo se
oyó una voz de trueno: ¡era la voz del Dios altísimo que se dejó escuchar entre
granizos y carbones encendidos! 14 Arrojó sus relámpagos
como si disparara flechas; ¡dispersó a sus enemigos, y los hizo salir
corriendo!
16 Desde los altos cielos me
tendiste la mano y me sacaste del mar profundo. 17 Mis
enemigos me odiaban; eran más fuertes y poderosos que yo, ¡pero tú me libraste
de ellos! 18 Se enfrentaron a mí en el peor momento, pero
tú me apoyaste. 19 Me diste libertad, ¡me libraste
porque me amas!
28-30 Dios mío, tú alumbras mi
vida, tú iluminas mi oscuridad. Con tu ayuda venceré al enemigo y podré
conquistar sus ciudades. Tus enseñanzas son perfectas, tu palabra no tiene
defectos. Tú proteges como un escudo a los que buscan refugio en ti. 31 Dios
de Israel, sólo tú eres Dios, ¡sólo tú puedes protegernos! 32 ¡Sólo
tú me llenas de valor y me guías por el buen camino! 33 ¡Tú
me das fuerzas para correr con la velocidad de un venado! Cuando ando por las
altas montañas,
tú no me dejas caer. 34 Tú me enseñas a enfrentarme a mis enemigos; tú me das valor para vencerlos. 35 Tú me das tu protección; me salvas con tu gran poder y me concedes la victoria. 36 Me despejas el camino para que no tenga yo tropiezos. 37 Perseguí a mis enemigos
y los alcancé, y no volví hasta haberlos destruido. 38 Los derroté por completo; ¡los aplasté bajo mis pies, y no volvieron a levantarse! 39 Tú me llenaste de valor para entrar en combate; tú hiciste que los rebeldes cayeran derrotados a mis pies. 40 Me hiciste vencer a mis enemigos, y acabé con los que me odiaban. 41 A gritos pedían ayuda, pero nadie fue a salvarlos. Hasta de ti pedían ayuda, pero tampoco tú los salvaste. 42 Los deshice por completo: ¡quedaron como el polvo
que se lleva el viento! ¡Me di gusto aplastándolos como al lodo de la calle!
tú no me dejas caer. 34 Tú me enseñas a enfrentarme a mis enemigos; tú me das valor para vencerlos. 35 Tú me das tu protección; me salvas con tu gran poder y me concedes la victoria. 36 Me despejas el camino para que no tenga yo tropiezos. 37 Perseguí a mis enemigos
y los alcancé, y no volví hasta haberlos destruido. 38 Los derroté por completo; ¡los aplasté bajo mis pies, y no volvieron a levantarse! 39 Tú me llenaste de valor para entrar en combate; tú hiciste que los rebeldes cayeran derrotados a mis pies. 40 Me hiciste vencer a mis enemigos, y acabé con los que me odiaban. 41 A gritos pedían ayuda, pero nadie fue a salvarlos. Hasta de ti pedían ayuda, pero tampoco tú los salvaste. 42 Los deshice por completo: ¡quedaron como el polvo
que se lleva el viento! ¡Me di gusto aplastándolos como al lodo de la calle!
46 ¡Bendito seas, mi Dios, tú
que vives y me proteges! ¡Alabado seas, mi Dios y Salvador! 47 ¡Tú
me permitiste vengarme de mis enemigos! ¡Tú pusiste a los pueblos bajo mi
dominio! 48 Tú me pusiste a salvo de la furia de mis
enemigos. Me pusiste por encima de mis adversarios, y me libraste de gente
violenta. 49 Por eso, Dios mío, yo te alabo y te canto himnos
en medio de las naciones.
Me gusta como empieza
el salmista diciendo el amor que tiene por Dios. En momentos de debilidad Él es
quien nos da las fuerzas. En momentos que nos sentimos solos y sin nadie a
nuestro lado, confiemos que Dios es nuestra roca y nos podemos esconder bajo su
escudo. Cuando habla de la muerte, podemos referirlo al pecado. El pecado nos
separa de Dios, el pecado es muerte espiritual. Cuando el pecado ha querido
atraparme, y mantenerme esclavizado, y me ha hecho caer hasta abajo, clamo a
Dios y El, solo El, me escucha desde su majestad y viene a mi socorro. El versículo
13 habla de cómo Dios nos protege. Es grandioso al solo leer como defiende a
sus hijos. Es más grandioso verlo con nuestros propios ojos. Yo lo veo cuando
el pecado está al frente de mí y no caigo en la tentación. Eso se llama
libertad, libertad del pecado, somos libres por medio de Cristo.
Una de las cosas que
necesitamos para vencer el pecado es la confianza plena en Dios. El salmista lo
hace ver en los versículos 28-30, “Dios nos ilumina en la oscuridad, nos ayuda
a vencer al enemigo”. Esa confianza se logra cuando ponemos en práctica su
palabra. Como dice los siguientes versículos, sus enseñanzas son perfectas y
sin defectos. Cuando vivimos de acuerdo
a su palabra, tendremos una esperanza y confianza en medio de cualquier
dificultad. Luego habla de la fuerza y el valor que Dios nos da. Es algo que lo
veo ahora en mi vida, me llena de valor para enfrentarme a la lucha que se
aproxima. Me gusta la forma en que están escritos los versículos 37-42 porque
al igual que el salmista, es un gusto vencer al enemigo, es un gusto ser libres
del pecado, es un gusto vencer una tentación.
Termina dando gloria y honra a Dios. Todo lo que hacemos que sea para su honra y
gloria. El es el merecedor de nuestra alabanza. ¿Por qué? En mi caso, porque me
dio la salvación, me libro del enemigo, por eso yo le alabo con cantos, con adoración,
alabanza, con mi vida.
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