jueves, 20 de octubre de 2011

informatica desesperante


Pensé que al cumplir los 25 me iba a sentir viejo. Yo sé, es ilógico pensar así.  Pero la verdad es que dentro de mí había curiosidad y un poco de temor al llegarse este significativo día.  Pero el tan temido lunes, diez de octubre del dos mil once, todos esos pensamientos quedaron atrás y solo vivía las cosas como venían, por ejemplo las diversas felicidades y deseos, palabras de bendiciones, la culminación del proyecto 365, y una cena de celebración inolvidable.  Me di cuenta de las tantas personas que tengo cerca y que llenan mi vida de alegría.  Palabras que nunca imagine iba a escuchar o leer.  Amigos que me hicieron ver claramente el amor de Dios en mi vida.  A todos ellos les estoy agradecido y les aseguro que el cariño y afecto es reciproco. Pero el tema de esta nota es otro.  Me di cuenta que no tengo tiempo que perder.  Tome un libro que ya había leído hace unos 10 años y comencé a leerlo.  Me está llenando de tanta información y ayuda personal que me quedo asombrado.  Una novela con principios, buenas ideas morales, consejos prácticos, reflexiones inmediatas y más.  Todo esto trajo un hambre por informarme. Me di cuenta cuanto padezco de conocimiento y la necesidad urgente que hay en el mundo de información directa.  He perdido DEMASIADO tiempo en basura que no trae nada, pero para nada productivo a mi vida.  Y como me está costando dejar esa clase de entretenimiento que más que todo es pérdida de tiempo.  Hoy me siento como un estudiantil lleno de sueños y deseos de enriquecer mi mente.  Y a la vez pasión por emprender nuevos horizontes. Los años que tengo por delante serán los mas enriquecedores para mi vida, sentimental, moral, y espiritual.

1 comentario:

*Precious Memory* dijo...

I have nothing more to do or say except smile :) Many more years of happiness to come.